Este lugar es donde la gente se pierde y vaga por este lugar para siempre, sirve de perímetro defensivo de la torre de Mu. Las personas que buscan ir a verlo terminan en este lugar donde los esqueletos de los guerreros, vestidos aún con antiguas cloths muy dañadas, los detienen. Estos no disponen realmente de una fuerza de combate muy peligroso y son rápidamente abatidos por Shiryu en el manga original y por Aioria en el manga Saint Seiya Episodio G. El Kurumanga los presenta como gente que había venido a reparar sus Cloths, y la Enciclopedia Taizen precisa que varios Silver Saints habrían venido de todo el mundo para reparar sus Cloths.
Esta obra, sin embargo, emite una hipótesis adicional, haciendo observar que la explicación precedente no resuelve el problema de la increíble cantidad de muertos presentes allí, y luego agrega además que Jamir podría haber sido el escenario de una batalla decisiva de la Guerra Santa anterior del siglo XVIII. El manga Saint Seiya ~ The Lost Canvas se adhiere a esta explicación, haciendo que este sea el lugar desde el que los Saints toman el vuelo hacia The Lost Canvas. Con el fin de reparar su armadura, y la de Seiya, ambas seriamente dañadas a raíz de su combate en el torneo, Shiryu viaja al Himalaya con el fin de encontrar al hombre capaz de devolver la vida a las protecciones sagradas: Mu.
Para llegar a la residencia de Mu, el único hombre del mundo capaz de reparar las armaduras, debe atravesar una zona de niebla denominada "el cementerio de las armaduras", se llama así este lugar ya que es donde se encuentran los esqueletos de centenares de caballeros muertos tras intentar llegar hasta Mu (al menos eso le dicen a Shiryū), sus cadáveres (ahora esqueletos) permanecen allí, cubren el terreno desde entonces. La realidad es que todos los caballeros, cualquiera que sea su clase, que deseen hacer reparar sus armaduras deben pasar una prueba de las más duras. Allí se encuentra una cantidad intrigante de cloths, dañadas hasta el extremo.
En efecto, cada vez que llega un extranjero, los esqueletos se congregan para enfrentarse contra este, las almas de los caballeros muertos prisioneras de este lugar impiden a cualquiera acceder a la residencia de Mu. Se supone que todos los esqueletos eran caballeros al servicio de Atenea que, mientras estaban aún en vida, dañaron sus armaduras durante arriesgados combates y fueron a Jamir con la esperanza de hacerlas reparar por el único ser capaz de hacerlo, Mu.
Si aparece un visitante, las almas reconstruyen entonces sus despojos, reúnen sus restos y se levantan, obstaculizándole el paso. El peligro principal es que la niebla reinante esconde un sutil puente de piedra bajo el cual hay un barranco lleno de rocas puntiagudas.
En realidad, estos antiguos caballeros (ahora esqueletos) se desviaron del camino y cayeron sobre las estalactitas de un barranco, atacan a su colega para que se reúna con ellos en la muerte. Quizás los celos hayan crecido en ellos al ver a otros caballeros imprudentes, pero aún vivos, que se aventuran por el mismo camino, por ello intentan disuadirlos y reúnen sus osamentas, vestidos con las corazas de sus antiguas armaduras dañadas, con el único objetivo de combatir al recién llegado y a su turno hacerlo caer a su vez por el precipicio, para que se una a sus filas en este lugar macabro, agrandando así un poco más el mito de los fantasmas de los caballeros que descansan. Shiryu, al igual que Aioria antes que él en el Episodio G, pasó esta prueba. Shiryu llegó a frustrar su trampa mortal sin dejar de avanzar de forma recta (como le aconsejó e instruyó su maestro Dohko), al tiempo que con un ataque poderoso rechazaba sus golpes y contraatacaba... devolviendo a los caballeros difuntos a su descanso (casi) eterno. Cualesquiera que sean las razones reales, una vez que los guerreros esqueletos son derrotados la ilusión se disipa para revelar el camino que conduce a la torre de Mu. En última instancia todo ello aparenta ser un dispositivo de camuflaje o barrera de acceso a la residencia de Mu.
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